Aunque la suite ofimática más conocida y utilizada en todo el mundo es Microsoft Office, actualmente han ganado mucha popularidad las suites alternativas, suites generalmente gratuitas (y de código abierto, en los mejores casos) que nos permiten utilizar aplicaciones similares a Word, Excel y Powerpoint sin tener que pagar ninguna licencia como ocurre con la suite de Microsoft. Dos de las suites ofimáticas alternativas más conocidas son LibreOffice y OpenOffice.
En un principio muchos pueden pensar que ambas suites son iguales debido a la gran cantidad de similitudes entre ellas, y no es para menos. OpenOffice es una suite ofimática creada originalmente por Sun Microsystem en 1985 bajo el nombre de “StarOffice” como alternativa a la recién nacida Microsoft Office. Cuando Sun liberó el código de StarOffice se creó con él una suite ofimática de código abierto, la conocida OpenOffice.
Los problemas llegaron cuando Oracle compró Sun Microsystems en 2009, ya que la comunidad empezó a temer por el futuro de OpenOffice. Fue entonces cuando varios desarrolladores independientes de Sun crearon un fork a partir del código original de OpenOffice, el conocido LibreOffice.
Una vez creado este fork, y ya sin el control de Sun y de Oracle, los nuevos responsables de LibreOffice, The Document Foundation, empezaron a actualizar y desarrollar esta alternativa a Office según sus ideales. Eso sí, había mucho trabajo por hacer, trabajo que se ha tardado más de 6 años en finalizar.
LibreOffice y OpenOffice se parecen mucho, ¿en qué se diferencian?
Si hemos podido probar estas dos suites habremos visto cómo la verdad es que parecen casi iguales, sobre todo en interfaz, ya que ambas utilizan una interfaz basada en barras similar a la original de Microsoft Office. Esto se debe, como hemos explicado, a que LibreOffice se creó a partir del código original de OpenOffice, al cual han dedicado estos años para limpiar y depurar, dejando en segundo plano los cambios que serían más visibles para diferenciar ambas suites.
Si utilizamos aplicaciones, como Writer, podremos ver ligeras diferencias en cuanto a funciones, como, por ejemplo, el contador de palabras presente en LibreOffice y que, para usarlo en OpenOffice, se necesita una herramienta independiente. Igualmente, LibreOffice permite exportar documentos en formato docx, mientras que OpenOffice no.
Visualmente, LibreOffice y OpenOffice, como podemos ver, son prácticamente iguales, pero la suite ofimática de The Document Foundation tiene esas pequeñas funciones que, sin duda, le dotan de calidad.
Las principales diferencias están en el interior
LibreOffice se actualiza mucho más que OpenOffice, tanto que la última actualización grande, la 4.0 de OpenOffice data de 2013, mientras que la semana pasada The Document Foundation lanzó LibreOffice 6.0, una suite totalmente renovada y mejorada.
En cuanto a seguridad, la suite de The Document Foundation va muy por delante a la de Oracle (concretamente, de Apache), y es que, a pesar de que ninguna de las dos es 100% segura, cuando se descubre una vulnerabilidad, el tiempo de respuesta del equipo de LibreOffice es infinitamente superior al de OpenOffice, lanzando un parche de seguridad mucho más rápido.
Si hablamos de estabilidad, desde el principio The Document Foundation tenía las ideas claras, y es que era necesario reescribir el código casi por completo para actualizarlo a las necesidades de la informática moderna, y es lo que ha estado haciendo estos años. De esta manera, aunque actualización tras actualización no veamos grandes cambios, en realidad sí que lo hay, a nivel interno, donde el código ha mejorado mucho pudiendo ofrecer un mejor rendimiento y una mayor estabilidad al utilizar las herramientas ofimáticas de LibreOffice.
OpenOffice, en este aspecto, sigue pareciendo un software de 2010, prácticamente sin grandes cambios más que algunos parches menores.
Entonces, ¿por qué sigue existiendo OpenOffice?
Después de una inversión tan grande como la de Oracle, es difícil tirar por la borda un proyecto que ha sido destrozado por una mala gestión administrativa (como ocurre siempre). Por ello, actualmente no es Oracle, ni Sun, quien se encargan del desarrollo de OpenOffice, sino Apache, la última baza de Oracle a donde van a parar todos los proyectos que no interesan a la compañía.
Apache hace cosas bien, como su servidor web (más o menos), y VirtualBox, sin embargo, en el caso de OpenOffice no se ha sabido gestionar bien, y aunque sigue existiendo y recibiendo algunos parches, en realidad quien ha ganado la batalla es, indiscutiblemente, LibreOffice.
En conclusión, LibreOffice es el camino
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