Un router inalámbrico es una pieza fundamental de nuestra infraestructura de red. Aunque sea un dispositivo con poca visibilidad (porque a la mayoría de usuarios se lo instala su operadora de servicios a Internet y se olvidan), su gestión es obligada para los usuarios que quieran mayores posibilidades, conectividad o control de toda su red informática.
Si tu operadora te ha instalado recientemente un nuevo router inalámbrico, vas a cambiarlo por uno de terceros o ampliarlo con puntos de acceso adicionales, te recomendamos invertir unos minutos para realizar unas tareas que te pueden ahorrar muchos dolores de cabeza en el futuro, garantizando un funcionamiento correcto y aumentando la seguridad y potencial de estos dispositivos.
Conflicto con redes vecinas, gestiona los canales
Un router inalámbrico transmite datos en uno de los varios «canales» disponibles (13). Si como es habitual en una comunidad de vecinos, hay un montón de routers en los alrededores utilizando los mismos canales, es probable que interfieran y sea una de las causas de pérdida de rendimiento.
Los router más avanzados intentan evitarlo seleccionando automáticamente el mejor canal pero lo ideal es hacerlo manualmente y comprobar el funcionamiento de cada canal. Hay aplicaciones como WiFi Analyzer en Android o WiFiInfoView para Windows que te mostrarán los canales más libres que son los que debemos utilizar.
WifiInfoView y NetSpot son dos grandes herramientas
Es hora de usar 5 ghz, tus vecinos usan 2.4 ghz y está muy saturado
Si tu router inalámbrico es compatible con el estándar Wi-Fi 802.11 ac, será capaz de operar en la banda de los 5 GHz además de la general de 2,4 GHz. La banda de 5 GHz tiene muchas menos interferencias, es más estable y potencialmente más rápida.
Comprueba si tienes un router compatible y habilita la de 5 GHz aunque necesitarás dispositivos que la soporten para obtener su rendimiento. La mayoría de routers nuevos permiten el uso simultáneo de ambas bandas. Recuerda eso sí, que la banda de 2,4 GHz tiene un mayor alcance.